Salió el sol y se secó el camino, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Tenía los neumáticos gastados.
Compré neumáticos nuevos, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Tenía que poner los neumáticos.
Puse los neumáticos, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Había puesto los neumáticos viejos.
Decidí botar los viejos y poner los neumáticos nuevos, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Había pinchado un neumático.
No tenía neumáticos de repuesto, había botado los viejos. Fui a comprar un neumático de repuesto, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Había llovido de nuevo
Salió el sol de nuevo, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Habían encerado el camino.
Esperé a que pasaran la enceradora, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Estaba en campos de hielo sur.
Salí de campos de hielo, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Había atropellado a una vieja esponjosa.
Arranqué de carabineros, me aventuré por las calles. El camino estaba resbaladizo: Casi choco
- ¡Cuidado po weon! - le grité al chofer de la micro
- ¡Yo tengo preferencia cabro culeado! - replicó educadamente.
- Qué wea micrero conshetumare, teni ceda el paso gil culiao - dije enardecido
- Pero tú tienes disco pare vil canalla - respondió pasivo
- Pero mira al paco po saco wea, le está dando la pasada a papi chulo - le respondí haciéndole un gesto de "mamerto"
- No es carabinero, estimado ciudadano, es un cuidador de automóviles - me dijo, tan fino y elegante. Me estaba empezando a sentir como un roto.
- Micrero culiao! - le dije, y arranqué a toda velocidad. Miré hacia atrás y noté que yo sí tenía preferencia, que no tenía disco pare y que sí había un carabinero. El micrero me había embaucado con su verborrea.
Me devolví, rápido y furioso. Me bajé del auto y subí a la micro. Lo enfrenté, lo agarré de su camisa, lo levanté de su asiento, lo miré fijamente a los ojos, de los míos salían llamas, si hasta Sauron se chupó cuando me miró a los ojos (Sauron viaja en micro, no tiene auto... ¿o vieron autos en el señor de los anillos? no, por eso Frodo se demoró tanto... si hubiera tenido auto, con 30 minutos de película hubieran estado listos...). Lo miré con rabia, con odio, había herido mi orgullo intelectual, así que firme le grité:
- "Mira huevón! .................................."
Me quedé en blanco.
- "Suéltame pendejo culiao y la conchetumadre" - me dijo. Me sentí educado.
Su voz no me era familiar, su cara tampoco, el escupo que me tiró en la cara tampoco, Sauron tampoco. Me pareció todo extraño, nuevo, "jamais vu"...
Lo miré y le pagué el pasaje. Tenía mi pase, pero le pagué pasaje completo. Me senté al lado de Cobb. Conversamos un rato:
Decidí bajarme a comprar pañales. Cuando me bajaba, se me acercó Morpheus, amigo de Neo
- Lo que el oráculo te haya dicho es para ti, y sólo para ti
- ¿Cuál Oráculo?
- La señora con el afro
- Pero si yo iba sentado con el compadre de adelante...
Se puso rojo. Corrió donde Sauron a pedirle el celular. Contestó y desapareció. Miré al Oráculo, me estaba mirando el paquete.
- Tú sabías que te lo miraría - me dijo
- Sí, es que es muy grande - le contesté
- Deberías hacerte ver eso en el escroto
- ¿Qué cosa?
- Ya sabrás...
30 años después me daría cáncer escrotal...
Me bajé rápidamente e intenté recordar cómo había llegado ahí, porqué había tomado la micro... la verdad me costó recordarlo... Cobb me miró con una cara especial, como sabiendo algo...
Miré al micrero, él me miró... le tiré un beso, él me tiró dos... le mostré el poto, él se bajó el escote... le grité "amariconao!", él comenzó a desvestirse... ahí se puso bizarro y me fui.
Me senté en una plaza a pensar qué había pasado... recordé que había dejado mi auto botado, lo dejé sin llave!!! revisé si tenía los documentos en mi billetera, y por suerte los tenía todos, menos mi licencia. Corrí hacia mi auto y estaba ahí todavía... sólo le habían robado los neumáticos, lástima, los había comprado recién porque el camino estaba resbaladizo...
Miré mi licencia, estaba en el parabrisas, junto al parte por mal estacionado. A lo lejos vi a un micrero, me miró y me dijo "Hola muchacho". "Hola caballero" le respondí. Después pensé:
- "Qué mierda pasa acá, ese micrero está manejando una micro a más de 100 metros de acá"
- "Has descubierto el secreto muchacho... fíjate bien, en tu poder tienes una..."
Solté la licencia y el parte, y dejé de escuchar al micrero. Me pareció raro, como una alucinación... tomé aire, miré a todas partes, nadie lo había visto. Con profunda sabiduría dije en voz alta:
- Bah...
Agarré de nuevo mi licencia, y sentí nuevamente la voz
- "No sueltes tu licencia, estimado... ella tiene un poder muy especial"
- "Qué cosa!" - le pregunté
- "Debes averiguarlo por ti mismo" - me dijo, al mismo tiempo que el sapo se bajaba de la micro y él emprendía rumbo hacia tierras conocidas...
Desde entonces estoy consciente de ese poder. La licencia me da el poder de la telepatía, forma una pequeña comunidad entre todos los que manejamos autos, micros, colectivos, camiones o motocicletas. Entendí que por esa razón los ciclistas sí estorban, mientras que las motos no... porque los que andan en moto tienen licencia, ellos tienen el poder, pueden comunicarse conmigo...
Quizás tú, estimado lector, no tengas licencia de conducir. Te hablo desde lo más profundo de mi ser: Lo más importante de la licencia no es el poder de conducir, es el poder de comunicarse sin palabras, eso que artistas y músicos han intentado hacer por milenios pero no han podido. Ése es el poder de la licencia, tal como el anillo para Linterna Verde.
Espero verte pronto por las calles, querido lector, manejando un vehículo de cualquier tipo, con tu licencia en mano. Desde la cuadra de enfrente te susurraré "buenos días", para que tú, con tu dulzura, me respondas "qué buenos días sapo y la conchetumadre"...
Al final del día me fui a una ramada. Ahí estaba Cobb. Le conté mi experiencia, me dijo
- "It isn't enough, we have to go deeper..."
Le pasé los pañales que había comprado, y le expliqué que se pronunciaba "diaper". Estaba tan contento, que nos pusimos a bailar...

Miré al micrero, él me miró... le tiré un beso, él me tiró dos... le mostré el poto, él se bajó el escote... le grité "amariconao!", él comenzó a desvestirse... ahí se puso bizarro y me fui.
Me senté en una plaza a pensar qué había pasado... recordé que había dejado mi auto botado, lo dejé sin llave!!! revisé si tenía los documentos en mi billetera, y por suerte los tenía todos, menos mi licencia. Corrí hacia mi auto y estaba ahí todavía... sólo le habían robado los neumáticos, lástima, los había comprado recién porque el camino estaba resbaladizo...
Miré mi licencia, estaba en el parabrisas, junto al parte por mal estacionado. A lo lejos vi a un micrero, me miró y me dijo "Hola muchacho". "Hola caballero" le respondí. Después pensé:
- "Qué mierda pasa acá, ese micrero está manejando una micro a más de 100 metros de acá"
- "Has descubierto el secreto muchacho... fíjate bien, en tu poder tienes una..."
Solté la licencia y el parte, y dejé de escuchar al micrero. Me pareció raro, como una alucinación... tomé aire, miré a todas partes, nadie lo había visto. Con profunda sabiduría dije en voz alta:
- Bah...
Agarré de nuevo mi licencia, y sentí nuevamente la voz
- "No sueltes tu licencia, estimado... ella tiene un poder muy especial"
- "Qué cosa!" - le pregunté
- "Debes averiguarlo por ti mismo" - me dijo, al mismo tiempo que el sapo se bajaba de la micro y él emprendía rumbo hacia tierras conocidas...
Desde entonces estoy consciente de ese poder. La licencia me da el poder de la telepatía, forma una pequeña comunidad entre todos los que manejamos autos, micros, colectivos, camiones o motocicletas. Entendí que por esa razón los ciclistas sí estorban, mientras que las motos no... porque los que andan en moto tienen licencia, ellos tienen el poder, pueden comunicarse conmigo...
Quizás tú, estimado lector, no tengas licencia de conducir. Te hablo desde lo más profundo de mi ser: Lo más importante de la licencia no es el poder de conducir, es el poder de comunicarse sin palabras, eso que artistas y músicos han intentado hacer por milenios pero no han podido. Ése es el poder de la licencia, tal como el anillo para Linterna Verde.
Espero verte pronto por las calles, querido lector, manejando un vehículo de cualquier tipo, con tu licencia en mano. Desde la cuadra de enfrente te susurraré "buenos días", para que tú, con tu dulzura, me respondas "qué buenos días sapo y la conchetumadre"...
Al final del día me fui a una ramada. Ahí estaba Cobb. Le conté mi experiencia, me dijo
- "It isn't enough, we have to go deeper..."
Le pasé los pañales que había comprado, y le expliqué que se pronunciaba "diaper". Estaba tan contento, que nos pusimos a bailar...
3 comentarios:
jajajajaja, muy bueno weon, y muy cierto, realmente no se como uno se coordina teniendo solo esa wea en la mano...
Saludos
Jajajajajajajaj muy buena Sanja!!!
me rei harto! jajajaja
Diferente acualquier otra cosa!, y las cosas diferentes me encantan!!...y ademas me rei mucho !! seguire leyendo el resto !! saludos!
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