viernes, 11 de abril de 2014

Los momentos humillantes

De corbatín y frac. Perfume caro, colonia, lavada de dientes con seda dental y listerine. Incluso con desodorante por ser ocasión especial. Afeitada de barba y de huevas. Talco a posteriori. Uñas cortas, mirada incandescente. Peinado Chic, sonrisa Pep. Crema de cuerpo, bronceado natural. Cruz-Johnson y Camiroaga envidiosos. El primero por el bronceado, el segundo por el entero.

Sala 404. Magna universidad, pasillos anchos, miradas por doquier. Veo fosas nasales abrirse para inspirar mi aroma. Siento feromonas soltarse. Babylee funciona. De fondo, Salvatore Adamo, "Mi gran noche". Me detengo a analizar el edificio, buscando el salón. El 404, ése es mi número. Pulgar e índice en la barbilla, relucen las colleras. Con voz sensual, pregunto a una chica "Hey, nena, ¿la 404?". Me apunta hacia el norweste. Linda chica. A su lado, Javier Miranda. Su voz resonó como prepúber al lado de la mía.

Entro al salón. Rebosante, los decibeles son asesinados espontáneamente. Mis tacones resuenan. Me arrepiento de haberme puesto tacones. Iba tan bien por la chucha. Puta ahora parezco maraco. No importa, concéntrate, concéntrate. Puta que larga la wea de sala, suenan los tacones culiaos. Podrían poner una alfombrita....

Recompuesto. Confianza reencontrada, nunca perdida. Miro a la joven de la primera fila. Fijo, decidido. En su dimensión ocular reflejo mi saeta hacia la audiencia. Oigo un suspiro, sube la temperatura. Ropa interior se moja, la atmósfera está candente. Alguien se tira un peo, pero el ambiente es tan sexy que huele a lavanda.

Es mi primera vez como orador. Invitado especial, carreras de Psicología y Trabajo Social. Comportamiento humano. El experto. El gurú. De las pampas, el cachero. Preparé discurso figurativo, poético. La prosa insulta al intelecto.

Declamo:

Los momentos humillantes

Llamar al mozo y no responde

Los momentos humillantes

Hacer parar la micro y sigue de largo

Los momentos humillantes

Estornudar en un minuto de silencio

Los momentos humillantes

Saludar al cumpleañero dos días antes de su cumpleaños

Los momentos humillantes

Llevar el mismo regalo que le regalaron hace 10 minutos

Los momentos humillantes

Alardear frente a una eminencia

Los momentos humillantes

Cantar fuerte y desafinado en la micro a causa de audífonos

Los momentos humillantes

Tirar una talla de lo puta de la novia

Los momentos humillantes

Pagar el precio justo y no recibir boleto en la micro

Los momentos humillantes

Agarrada de mejilla de la vieja

Los momentos humillantes

Saludo unilateral

Los momentos humillantes

"El cantante se equivocó en la letra"

Los momentos humillantes

Recibir el canto del "cumpleaños feliz"

Los momentos humillantes

Echarle sal al café

Los momentos humillantes

La espinilla en la nariz

Los momentos humillantes

Chocar esos cinco contra el puño

Los momentos humillantes

El sonar de la alarma el sábado. Levantarse, ir a la pega

Los momentos humillantes

No tener suficiente para dar propina

Los momentos humillantes

Mojón rebelde de visita

Los momentos humillantes

Marcha comunista alzando brazo derecho

Los momentos humillantes

Pegarte en el dedo chico del pie. Escuchar "sóbate pa callao"

Los momentos humillantes

Lechuga en el diente

Los momentos humillantes

"Usted es de los Campusano de San Felipe?" "No"

Los momentos humillantes

Ofrecer la otra mejilla. Recibir un segundo cachuchazo

Los momentos humillantes

Esperar por los aplausos

Los momentos humillantes

Momento de los aplausos. Quebranta el silencio una carraspera faríngea aislada. La alumna portal a la que miré fijamente se pone de pie. No sería adecuado el sexo en este momento cúlmine. Espero mi alabanza, mi aplauso, mi ovación

- Disculpe, estamos esperando al profe de economía

- ¿Ésta es la sala 404?

- Sí... del edificio de ciencias económicas...

- Ah... bueno, sí... en ese caso...

- El momento humillante

Me retiro. Momento humillante.

Afuera Salvatore Adamo: "cómo te fue"

"Cállate conchetumadre"

Javier Miranda carcajeaba.

El Sueño de Anoche

Hay días normales. La mayoría son normales, eso es lo normal. Hay días extraños, hay días buenos, hay buenos días, hay buenos días a todos, hay bienvenidos, hay mucho gusto. Hay días de mierda, hay días nublados, hay días con chubascos, hay días variando a nubosidad parcial. Hay Díaz, hay Pérez, hay Gómez. Y hay días para el olvido.

Hay varias cosas que pueden influenciar cómo será tu día. El encontrar plata en la calle hace de tu día mejor; el pisar caca lo hace peor. El tirarte un peo en un ascensor lleno y después irte sin que nadie se dé cuenta hace tu día mejor; el quedarte pegado viéndole el poto a alguien de pelo largo que resultó ser un hombre lo hace peor. El cortarte las uñas lo hace mejor, el cortarte los dedos lo hace peor.

Hoy no pisé mierda. Patié una plasta. No fue mojón, fue "volón". Porque la wea no mojó a nadie, sino que voló, se esparció por el aire. Imagínense cómo fue mi día

Y, al final del día, cada uno de estos factores es discutible. Puedes encontrarte plata botada en la calle (qué bueno!), pero ése es dinero que otro perdió y quizás no pueda comprar la comida del día hoy (qué malo...) (aunque le pasó por huevón, quizás se lo merezca...). Te puedes cortar los dedos o toda una mano (qué malo...) pero quizás puedas conseguir seguro de invalidez y no tener que trabajar más en tu vida y dedicarte solamente a disfrutar los placeres de la vida por el resto de tus años (qué bueno!)

El "volón" nunca es bueno. Es como una regadera que no refresca.

Sea como sea, hay siempre un factor que (casi) invariablemente hace de tu día peor: El temido "anoche soñé contigo". Escalofriante.

Y es que la dinámica social del "anoche soñé contigo" es digna de estudio. Tú la has vivido, claramente has recibido el "anoche soñé contigo". Si no, preocúpate, estás entrando poco en la vida de tus amigos (aka forever alone). Recibir un "anoche soñé contigo" es una paja, invariablemente viene un cuento absurdo que, de algún bizarro modo, no es chistoso. No, no lo es.

El "anoche soñé contigo" se rige por algunos principios:

- Siempre ocurre cuando le estás poniendo atención a algo más interesante
- Nunca te logra interesar el sueño en sí
- El sueño nunca es coherente ni divertido
- Si eres mayor de 50 años, siempre hay un muerto en el sueño
- En el 70% de las veces hay dinero o dientes presentes
- Nunca nadie llega a decirte el "anoche soñé contigo", sino que siempre hay una conversación previa en la que participan los dos

Y para clarificar, una historia real.

Mes de Febrero, día Domingo. 14:28 hrs, hora chilena de verano. Me habían despertado recién para almorzar. Medio dormido, me dirijo desde mi pieza a la mesa. Me siento y había un rico plato de carne con puré, ensalada chilena, bebida y de postre helado. Día perfecto.

Conversábamos de actualidad nacional y luego de deportes, cuando de repente veo la cara. La cara, esa cara. Sí, la misma. Esa cuando el cuerpo se echa para atrás, se abren los ojos un poco, se abre la boca mucho antes de emitir el sonido, se levanta el índice, se apunta a mi cara y vienen las palabras...

"Oye, anoche soñé contigo"

La conchesumadre...

"¿Y qué soñaste?" - sonrisa en la cara. Ojalá me haya salido una carie en el diente pa que la vea y se distraiga

"Soñé que estábamos en un auto, íbamos con el Roberto, te acordai del Roberto?

"Sí"

(claramente no)

"Bueno, íbamos manejando, y entrábamos con el auto a un McDonalds, y nos atendía el cura Hasbún!!!. Y yo pedía una cajita feliz, pero traía caritas tristes y tú te empezabai a reir!!!. Después nos comíamos las cosas en la playa, y el Roberto grita ¡Tsunami!, y una ola nos arrastra!!!, y vamos en la cresta de la ola!!! y chocamos con una reja!!!, y nos quedamos pegados ahí!!!"

Qué incómodo momento el de poner la carita simpática, esa sonrisa acompañada con un "mmmh" para simular que a uno le interesa. Los únicos sueños que logran cierto interés son los sexuales. Pongámoslo así: Que anoche hayas soñado conmigo sin algo sexual de por medio es como ver la trama de la porno, sin el porno en sí. Se excluyen familiares y hombres para este punto.

Estimado, El Blog del Escabeche tiene un fin altruista. No sea weon, analice su sueño antes de contar tal barbaridad.

Después se me ocurrió seguir la conversación:

"Y eso no más pasaba en el sueño?"

"Bueno, en una parte pateabas un mojón"

Interesante, ¿premonitorio?

"Ah, después se te caían los dientes"

No, simplemente una mierda

viernes, 21 de marzo de 2014

La Verdad del Calificativo

He revivido, he resucitado. Cual Jesús, cual Ave Fénix. Vencí la cruz, ionicé las cenizas. Caminé sobre las aguas, fui mesías. Me enfrenté a los fuegos, fui pollo asado. Se me antojó el coito con la papa frita y retomé la esencia.

Penca la esencia.

Se dice que los viajes interesantes son los del alma, los que cultivan el espíritu y aceptan el tiempo. Los que no dan kilómetros Lan Pass. Claro, lo digo yo que no tengo la tarjeta culiá pa acumular kilómetros, pero ése no es el punto. El punto es lingüístico. Y con esto quiero devolverlo a 3° básico: El adjetivo calificativo.

Para entrar en materia pondré una situación cotidiana. Usted, bella dama, está con su pareja, novio, incluso esposo si vio mucho Disney (si el lector es hombre, bueno córtese las huevas y póngase un vestidito para entender el ejemplo, es una metáfora por la chucha). Usted sale del baño, radiante, arreglada, maquillada, enchulada, estucada, depilada a tal punto que la cortina ya no tiene alfombra con la cual combinar. Entonces usted camina hacia su pareja, su hombre, su amante, su media naranja (o media sandía según como sea éste en su fantasía) y, ruborizándose un poco, agarrando su faldita con la yema de sus inmaculados dedos y estirándola horizontalmente, agachando la cabezita no más de una pulgada y dando su mejor cara de caperucita roja sexona tierna que sí que no con el lobo, y le dice:

- "Y, ¿cómo me queda?"

Y su pareja responde:

- "Divino"

Ese weon es maricón.

No hay hombre heterosexual, y me atrevería a decir bisexual, que ocupe la palabra "Divino" para referirse a una mujer. Ni siquiera a una cosa. Nunca. Nunca ningún hombre en junta de hombres con putas, pool y fútbol ha dicho "compadre esta chela está divina weon". Nadie. Es patognomónico. Y convengamos que "Divina" es sinónimo de "Regia". Son artilugios lingüísticos de nuestra sociedad para que durante la pubertad los padres puedan diferenciar la orientación sexual de su hijo. Señora, señor, si a su retoño púber en un examen le fue "regio", espérese que en unos años más se va a ver "divino".

Otros artilugios como el anteriormente descrito también son conocidos subconscientemente por nosotros, mas no tomados en cuenta en el día a día. A modo de ejemplo, propongo el siguiente caso: Si usted nuevamente, washita rika, secretora de feromonas, o, como se dice en mi familia, "chorreando agüita de poto" (uno no elige a la familia...), me dice "oye, ¿me encuentras linda?", y yo le respondo: "Tienes una belleza exótica", no se confunda: Le estoy diciendo que es más fea que el hoyo del poto.

La verdad no tengo nada contra el hoyo del poto. De hecho, ni siquiera lo encuentro tan feo.

Pero imagíneselo cagando.

A eso me refiero.

Y es que salvo que usted sea una asiática negra, una pelirroja de ojos azules o tenga el pelo verde natural, es muy, pero muy difícil que sea "exóticamente linda". Lo siento si alguna vez se lo dijeron (o dije), le mintieron. Es hora que se sepa. ¿O no encuentra raro que midiendo 1,60, siendo de tez blanca, pelo castaño, ojos cafés, peso de 70 kgs y teniendo poto y tetas promedio le digan "exótica" acá en Chile?. Piénselo.

El otro día fui a un asado donde un amigo. Él mismo reparó el lavabo.

Le quedó Pintoresco.

Espero haya encontrado esta publicación Divina.